Reactivación sostenible
Los retos del sector
Después de la brutal caída de las ventas entre marzo y abril, paulatinamente se ha venido reactivando el mercado de gasolina corriente y de diésel, ambos mezclados con biocombustibles. A cierre de octubre, las ventas superaron los niveles de febrero y fueron casi iguales a las del mismo mes del año anterior, en un proceso que se desaceleró en noviembre en razón a los efectos de la ola invernal. La recuperación se explica por la reducción en 15% en el nivel de precios de los combustibles, la operación de cerca del 90% del aparato productivo y el uso del transporte público y privado al que nos ha llevado la pandemia, incluyendo el levantamiento del pico y placa en la mayoría de las grandes ciudades.
Fuente: cálculos COMCE con base en datos del SICOM
Fuente: SICOM
La mejora en las ventas no implica que el servicio público de distribución de combustibles, que nunca cerró, este exento de pérdidas y cierre de negocios. Sin embargo, la actividad logró resultados positivos con mayor velocidad que otros sectores y sus esfuerzos se han centrado en consolidar la reactivación propia y la del país. Las ventas de combustibles al mercado interno han sido un sostén para la cadena de valor, evitando mayores pérdidas y refrescando unos flujos de caja diezmados por la crisis. Nuestro deseo es que los planes económicos nacionales aceleren la recuperación del tejido empresarial, reduzcan a menos de un digito la tasa de desempleo y alienten con gran fuerza la recuperación de la demanda agregada.
En el corto plazo el principal reto de la distribución minorista es consolidar la recuperación de las ventas. Creemos saludable la permanencia de los apoyos a las MiPyMe, la extensión en el tiempo de los beneficios financieros en los plazos de pago a los distribuidores y el mantenimiento de la reducción de los niveles de precios de diésel y gasolina mezclados ‒situación contraria al de la electricidad‒, medida que entrega alivios al transporte, a varias decenas de cadenas de valor y a los fiscos territoriales. Según los cálculos de COMCE la rebaja entre marzo y octubre les ha inyectado a los bolsillos de los consumidores $1,85 billones, generando un efecto multiplicador de $4,1 billones.
La Depresión Pandémica ha mostrado como una necesidad la tenencia y búsqueda de un tejido económico con empresas pequeñas y medianas sólidas y con capacidad de adaptación. Esa parte del tejido nacional demanda trabajo y es fuente de acumulación de riqueza, lo que lo convierte en un baluarte que necesita de políticas públicas que eviten concentraciones económicas fuente de riesgos sistémicos y agiten el podio de la competencia por los mercados. Ampliar la democracia económica es parte de los propósitos que deben mover la reactivación nacional.
Nuestra labor
Con la perspectiva de reproducir a la estructura de propiedad del servicio público, COMCE vela por los intereses de los empresarios de la venta al consumidor final de combustibles, cuidando en forma especial a los pequeños y medianos, pero sin excluir a los de tamaños más significativos. Con esto en mente nos hemos acercado a las autoridades nacionales que regulan la actividad, en especial al Ministerio de Minas y Energía (carta a ministro Mesa) y su Dirección de Hidrocarburos. Activamente estamos analizando la agenda regulatoria de la Dirección para el 2021 y nos vinculamos al comité 186 de Icontec. También se están desarrollando acercamientos con la Superintendencia de Industria y Comercio (carta a SIC), la CREG, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Ambiente, Ecopetrol (carta a presidente Ecopetrol) etc.
Otro de los poderes del Estado con los que COMCE está dialogando es el Congreso de la República. A senadores y representantes a la Cámara de diversas visiones políticas ya se les ha presentado o está en proceso de presentar la coyuntura y retos que enfrenta el servicio público (presentación a congresistas). También estamos dialogando con voceros de la cadena de valor y de otros sectores con los que tenemos identidad y con quienes podemos intercambiar conocimientos que nos lleven a entender mejor la diversidad del tejido empresarial nacional.
Tanqueando a Colombia de buena energía
Quienes les entregamos combustibles a hogares y empresas somos conscientes de que la cadena de producción y comercio de energía es al tiempo una fuente de desarrollo y un motor para otras cadenas de valor. Por eso para COMCE tanquear combustibles accesibles y de calidad es un deber que nos atrae hacia nuestro un norte: reproducir una estructura de propiedad próspera en camino hacia una mayor diversificación, siempre respetando la tradición.
Bogotá, 3 de diciembre de 2020